En conmemoración a Jairo Varela, fallecido músico chocoano fundador y director del grupo de salsa Niche desde fines de los setenta, la ciudad de Cali ha rendido un merecido homenaje a su contribución a la identidad cultural y musical de los caleños. Por medio de una intervención interactiva dispuesta en la plazoleta que lleva también su nombre, Pantoja Arquitectos en conjunto con la artista Lucía Alba inauguró hace unos meses esta pieza escultórica que intenta materializar la importancia de su obra y la visibilidad que le dio al género a nivel internacional.
Mediante una instalación de 10 metros de altura, 24 de largo y 3,5 de ancho, el nombre del grupo Niche carga de simbolismo este espacio público e irrumpe con los flujos peatonales de la plazoleta Jairo Varela para brindar a los transeúntes una experiencia inigualable. La presencia de esta pieza urbana le permite a los ciudadanos entender la ordenanza compositiva de algunas de las canciones representativas del maestro. De esta manera se dispone paralelamente a la vía principal, así desde los vehículos también es posible contemplarla. Se ha convertido en un elemento atrayente en el remate del eje peatonal que mantiene conexión directa con la alcaldía local.
La estructura en la que se descifra el nombre de la agrupación está compuesta por los elementos de viento propios de las orquestas salseras. Por medio de la implementación de lámina galvanizada bajo un recubrimiento de esmalte sintético, es posible identificar el tono dorado del instrumento, acompañado de una instalación de luces que rodea cada una de las letras y avivan las noches en la plazoleta; estética que intenta recordar sus memorables conciertos.
Al partir de la morfología propia de las trompetas, se plantea una tipografía donde se superponen líneas y se entreteje el nombre ¨Niche¨ en una composición abstracta. Líneas que van direccionadas en cuatro puntos al nivel del suelo y despliegan en sus terminaciones las bocas de las trompetas. Al interior de cada una de ellas se emite indistintamente partes de las composiciones más conocidas, ¨Con el oficio de componer desde el concepto opuesto de la fragmentación” según explica la oficina en su memoria oficial.
En ellas es posible percibir su melodía, su rítmica y armonía respectivamente, mientras que en la descendiente de la letra N se encuentran en conjunto, como se conoce popularmente. Esta pieza se comporta como mobiliario urbano interactivo, permitiendo que los usuarios jueguen, permanezcan o bailen en las letras.
De esta manera la instalación adquiere un carácter educativo y de disfrute, donde se permite al transeúnte, conocedor o no, que pueda acercarse de una manera distinta al legado de Jairo Varela, a esos clásicos que todo caleño reconoce. Para la producción de estos apartes, fue necesaria nuevamente la grabación de las canciones por parte de los actuales integrantes del grupo bajo la dirección de José Aguirre. Así canciones como ¨Cali Pachanguero¨ se produjeron individualmente para ser transmitidas en la campana correspondiente. Al interior de cada una los fragmentos de las letras están circundándolas, señalando las más representativas frases de la idiosincrasia caleña. Una conmemoración que realza de manera asertiva el aporte de este prodigio compositor.
